} ::-moz-selection { Background: #7BD6B3; color: #5E5E5E; text-shadow: none; } ::selection { background: #7BD6B3; color: #5E5E5E; text-shadow: none; }

sábado, 8 de marzo de 2014

Mujer, ¡no-felicidades!

Hola, queridísimos lectores. ¿Ya saben qué se celebra hoy? Así es, el Día de la mujer.
¿Me felicitas? Oh, gracias. Pero, por favor, no vayas por ahí felicitando a cada mujer que conoces. Si tenés la oportunidad, sentate y conversá con ellas y recuerden juntos(o juntas) por qué existe este día.
Este día, más que celebrar y felicitar, debería ser un día para recordar. Pero, recordar qué, te preguntarás...
Aquí te deja la historia del Día de la Mujer:

El 8 de marzo se conmemora la lucha de un grupo de mujeres que realizaron una huelga en una fábrica textil  en Nueva York, en 1857, para pedir una jornada laboral de 10 horas e igualdad de salarios que los hombres.
En respuesta a este acto, se prendió fuego al edificio y se trabaron las puertas.129 trabajadoras murieron. Para honrar su memoria, en 1910 en un Congreso Internacional de Dinamarca se propuso este día, y las Naciones Unidas mostraron su apoyo proponiendo la celebración en numerosos países.
Desde entonces se convocó a todas las naciones, que teniendo en cuenta sus tradiciones históricas, proclamen un día del año como Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Sobretodo se conmemora y se aplaude la lucha de aquellas mujeres que lucharon por sus derechos.
Así que hoy, mujer, no pidas invitaciones a comer o al cine; salí por tu cuenta y recordale a todos porqué es hoy tu día, mi día, nuestro día.


Antes de irme, te dejo dos poemas de una mujer nicaragüense, Gioconda Belli. Son largos, si, pero valen la pena leerlos.


Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.



CONSEJOS PARA LA MUJER FUERTE

Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.




Si eres una mujer fuerte

tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodealo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas

Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el oxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuidate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.


Así que puño en alto y a seguir luchando, mujer.

2 comentarios:

  1. Sí, conocía la historia. Precioso el poema, y la entrada muy completa. Hay ocasiones en que las mujeres no se dan cuenta de lo fuertes que son hasta que no le queda otra. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno que ya conocieras la historia de nuestro día ;)
      Me alegra que te hayan gustado los poemas, yo también los ame!

      Eliminar

Hola amigo lector.
Sentite a gusto de comentar lo que querrás, siempre y cuando no ofendas a algún lector o autor. ¡Muero de felicidad con cada comentario que me dejas!
Gracias.

¡Disfruta del blog!